Porque es la ciudad donde vivo, porque es la ciudad dónde quiero vivir y sobre todo porque es la ciudad que elegí para hacer mi hogar, por eso me siento legitimada para hablar de ella, para pedir para ella y para quejarme de ella.
Necesitaría como cien folios para decir todo lo que no me gusta de esta ciudad desde hace muchos años, pero la mayoría las conocemos y es cansado repetirlo. Me voy a referir a la última ocurrencia del alcalde de la ciudad, espero que ya por poco tiempo. En plena precampaña y cuándo la ciudad está más entrampada que nunca, con más desempleados que nunca, con más carencias de servicios sociales que nunca y con más suciedad en las calles que nunca, va la primera autoridad y se le ocurre anunciar que el próximo día 20 de marzo y después y cito textualmente “ que la comisión encontrará problemas técnicos y económicos , que parecían insalvables, desde el ayuntamiento hemos colaborado con ella para desbloquear la situación y que los onubenses puedan disfrutar de la estatua”….
No sé cual son los problemas técnicos y francamente no me importan, pero si los problemas económicos que el alcalde cita tienen que ver con que haya ayudado económicamente a la comisión encaprichada con el monumento, me parece una poca vergüenza y una indignidad porque son muchos los onubenses que, en estos momentos, tienen muy serios problemas económicos y sí en el ayuntamiento desconocen este dato pueden preguntarle a Caritas ó Cruz Roja, que se están dejando el alma en ayudar a los golpeados por la crisis, también pueden preguntar a los proveedores a quienes deben dinero desde hace años, e incluso a los trabajadores del consistorio que a veces no saben cuándo van a cobrar.
A más de esto, lo peor es todas esas referencias que hace a “que los onubenses la puedan disfrutar pues llevan años esperando”, francamente no se a quien le va él preguntando por la calle, pero a mi nunca, jamás me han preguntado si me gustan las estatuas (horribles todas, por cierto) jamás me han preguntado si quiero dar dinero para construirlas, jamás me han preguntado si quiero que mi dinero se utilce para financiar la semana santa, los ramos de flores a la virgen del Rocío, para la procesión de San Sebastián, de la virgen de la Cinta y si me apuran, hasta para el recreativo de Huelva.
Honestamente espero que la próxima corporación no sea del partido popular, porque está ciudad no puede seguir soportando más este populismo barato de ideología chabacana, y espero que la nueva corporación destierre para siempre todo matiz religioso de su gestión, porque después de todos estos años de rancio catolicismo municipal, supongo que es el turno de quienes apostamos por una corporación al margen de costumbres y ritos religiosos, porque tenemos derecho a ser representados, preguntados y escuchados. Y no somos pocos, somos miles. No quiero seguir avergonzándome de esta ciudad, ni que nadie me haga sentir como si no formará parte de ella.
Porque yo, que elegí vivir en esta ciudad, pago en ella mis impuestos, y porque los pago quiero para el siglo XXI una ciudad rica, atractiva, elegante, culta, laica y libre.