miércoles, 15 de junio de 2011

Nada nuevo bajo el sol

En memoria de José Saramago, un año si el, te echo de menos.
El movimiento 15M cumple un mes y hasta hoy nadie se había salido del guión, pero hete aquí que justo el 15 de junio hay quien ha decidido que un mes es tiempo de vida suficiente.
Primero fue la incredulidad ante la magnitud de lo sucedido en las calles y acampadas, luego llegaron los falsos guiños de complicidad y simpatía disfrazadas de las palabras compresión y empatía, mas tarde algunos pasaron a culparnos de los resultados electores, un momento seguido repartieron leña a los de Barcelona,  más tarde pasaron a blindarse a las puertas de los ayuntamientos y hasta personajes como la lideresa pensó que podía apropiarse de la idea de las listas abiertas, hasta que el día de hoy se desató la ferocidad contra un movimiento que es libre y que no pueden controlar, quizás eso es lo que les molesta.
Desde hace muchos años, en este país estábamos acostumbrados a tener una opinión que digeríamos desde por la mañana hasta por la tarde sin atrevernos a pensar por nosotros mismos, ni cuestionar nada, para no salirnos de los establecido,  vivimos en una sociedad teledirigida por los medios de comunicación que ya no informan, sino que defienden unos intereses empresariales  y nos creímos que eso era la libertad de expresión.
Solo que esta vez el guión que escribieron no ha tenido el final por ellos esperado, en el fondo de su pensamiento esperaban que nos  agotáramos en el camino, que este movimiento fuera un flor de un día, mientras ellos pensaban esto, el 15M crecía, hablaba con los vecinos, con los estudiantes, volvía a encontrarse, preparaban movilizaciones, tomaban decisones, se dirigían a los lugares donde se decide todo, los parlamentos, en definitiva seguía echando raíces para crecer,  y el final no fue  él que ellos esperaban. Eso sí, el guión lo escriben aislados y vallados en su propia cobardía.
Y en ese momento sacaron su artillería desestabilizadora, los antisistemas  y violentos productos del propio sistema injusto de unas desigualdades cada vez mayores  y que mucha veces forma parte de sus esquemas, en sus cabezas y en sus planes no hay espacio un movimiento pacífico, sabio, electrizante y sobre todo con ganas de trabajar por un futuro mejor  y desterrar un presente indigno, diseñado por los poderosos  y ejecutado hasta ahora sin fisuras.
Y digo alto y claro, a mi estos políticos no me representan y por supuesto estos violentos muchísimo menos,  pero la verdad no sería completa si no denunciáramos  la sutil violencia que ejercen los mercados  contra todo el mundo, ellos, de los que nadie quiere decir sus nombres, son violentos hasta el extremo de matar a gente de hambre todos los días, de generar millones de desempleados todos los días,  de recortar derechos a los trabajadores todos los días, pero esa violencia, por elegante se la recibe en palacios y salones blindados para que la miseria no les moleste.
No señores, no. Lo que es intolerable es que se gobierne para el pueblo pero sin el pueblo, se saqueen países a manos llenas como están haciendo con Grecia sin importarles las personas que allí viven, es intolerable  salvar el culo a los banqueros, lo que es intolerable es aprobar la próxima semana un pacto del euro que no hará más que seguir empobreciéndonos para  que otros sean más ricos, intolerable es despojar a la gente de su vivienda después de haberla despojado de su trabajo, lo que es inadmisibles es recortar, recortar y recortar todo, menos sus prebendas. No señores, no nos representan, ni ustedes, ni ningún tipo de violencia, venga de donde venga.
El final de esta película, aún no está escrito, pero todo parece  indicar que los próximos capítulos debemos escribirlos en las calles, el primero de ellos el próximo domingo día 19 de junio. Porque de las calles solo nos pueden sacar de dos maneras, una cambiando y mejorando este sistema para que quepamos todos  y otra,  a palos, ustedes eligen, nosotros ya lo hemos hecho, hemos despertados y de ser solo votantes y pagantes, hemos pasado a ser ciudadanos.
Hay quien piensa que tapando el sol con un dedo, este dejará de brillar. Larga vida al 15M.

sábado, 4 de junio de 2011

Rabia

No encuentro otra palabra para definir mi estado de ánimo después de las elecciones del pasado 22 de mayo. Rabia y tristeza, puede que también desilusión, ó todos juntos.
Esto es lo que  hay, unos resultados en los ha subido mucho la abstención y los votos en blanco, donde el partido más a la derecha posible se sienten ganadores, porque en parte lo son y donde la izquierda o quienes se dicen de ella, que una cosa es decir y otra ser, han perdido, y no solo votos, sino credibilidad, apoyo y poder.
Y en esas estamos, en el poder, que debe ser una sensación fantástica porque si no, no se explican pactos infames y silencios cobardes.  Y es que no han entendido nada de lo que está sucediendo y quizás nosotros tampoco, de lo contrario no se entiende que no sigamos en la calle haciéndoles ver que no nos representan, porque a mí, desde luego no me representan.
Cuando la política se convierte en un medio para vivir y muy bien y deja de ser un fin para que no haya sectores desfavorecidos y las brechas no se agranden y se transforme la sociedad, es la muerte de la democracia tal y como la entendemos,  que dice la real academia de la lengua que la democracia es doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobiernos y predominio del pueblo en el gobierno político de un estado, o sea, nada que ver con lo que tenemos actualmente, en él que el papel del pueblo es pagar,  votar y callar.
Auguro un mal futuro a la izquierda y por ende a todos nosotros si no hacen una profunda reflexión, escuchan a sus votantes y simpatizantes y sobre todo al movimiento 15M que no está muerto como muchos creen, es una semilla que está plantada y no dejará de crecer. Y tiene que definir claramente cuál es el límite de su ideología, porque no se puede decir que se es de izquierda y hacer políticas de derechas y no se puede decir que se es de izquierda y apoyar gobiernos municipales de derecha, porque entonces resulta que todos son de derecha.
Yo no, y no me da vergüenza decirlo, me gusta ser de izquierda y trato todos los días de ser coherente, pero al contrario de lo que piensa mucha gente, yo no tengo nada que demostrar, son ellos, a quienes yo mantengo con mi dinero y es a mí a quienes ellos deben sus explicaciones.
No es un sueño, pero yo espero que un día al levantar la vista veamos una tierra que ponga libertad.