jueves, 17 de febrero de 2011

Paraísos privados

Un día una se siente valiente y dice, “ea, pos voy a hacer un blog, y además me comprometo a mantenerlo” y de pronto resulta que pasan los días y los días y no lo actualizas y no porque no sucedan cosas, más bien por la cantidad de cosas que pasan y que me  cuesta asimilar y sobre todo porque todas esas cosas que pasan parece como si dejaran de pasar porque con la censura que corre y la férrea voluntad de ser políticamente correctos la información se queda en lo superficial, los análisis solo se encuentran más allá de lo que se ve y en lo que se ven , no se diferencia la verdad de la mentira y lo real de lo ficticio.
No se me ocurrirá decir que son malos tiempos para la lírica, probablemente son malos tiempos para entender, al menos a  mi cada día me cuesta más entender y sobre todo me cuesta más saber lo que quiero sabe para crecer.  Mentiría si dijera que muchas de las cosas que pasan no me causan alegría, pero también me aumenta el desconcierto, porque estamos aceptando como normales cosas inmorales.   
Nada de esto está exento del ámbito personal, definitivamente no me gusta el mes de enero y tampoco el de febrero  y no me gustan los días cortos ni las noches largas, no me gusta la lluvia y muchísimo menos las tormentas, y definitivamente no me gusta el frío, porque el frío nos obliga a vivir ocultos en una montaña de ropa.
Así que definitivamente no soy una persona de luz en estos momentos, pero me aguanto, resisto y cuándo no puedo más, cuando me aburro, cuando no me gusta ó no me interesa lo que sucede a mi alrededor,  huyo y la huída me lleva a mis paraísos privados, y cada día con más facilidad y puedo hacerlo desde cualquier lugar en el que esté, en el trabajo, en la calle, con la familia, con los amigos, con los enemigos y hasta en mis clases de pilates, porque estos lugares son mi refugio.
Y son un refugio porque los paraísos privados son lugares donde una vez fui feliz, un amor, la familia,  un viaje, un lugar, una noche, un libro, los amigos, una película, un vestido, una persona, un momento, un espacio, un regalo, un beso, una foto, una palabra, un descubrimiento, un encuentro, una sonrisa, un temblor de placer, un guiño cómplice, una reivindicación, una comida, una pasión, una risa, momentos de lo que se deduce que he sido feliz muchas veces. Y que espero seguir siendo, porque la felicidad es un derecho.
 A veces pienso que el mundo está al revés, pero ya sé que no, soy yo la que ve con el paso cambiado. La vida misma. Y os lo quería contar, que para eso me he hecho bloguera.

7 comentarios:

  1. Buenos y alegres días, no llueve y ha salido y un claro sol.
    No es mala idea tener unos paraísos a donde emigrar en los momentos de moral baja, buena gimnasia mental para mantener el necesario equilibrio.
    Buenos y alegres días otra vez.

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  2. Ni en mis mejores textos mentales, esos que solo te escribes en la cabeza para contartelos a ti misma, he podido explicarme a mi misma mejor. Me gusta.

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  3. Me gusta. Espero que sigas hablando de la felicidad en presente, nunca en pasado

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  4. No creo, Mariví, que sea muy acertado llamarlos "privados", ya que, al menos en mi caso -y estoy seguro que también en el tuyo-, siempre están abiertos a todo aquel que este dispuesto a compartir.

    Besos.

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  5. Gracias miles a Inma, Julieta y Jesús, os sigo y aprendo.
    Exodo, claro que son compartidos, pero son privados como las mismas escapadas.
    besos para los 4

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  6. Tienes que escribir más porque lo haces muy, pero que muy requetebien.

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  7. Es cierto lo que decías de que me iba a sentir identificado cuando relatas tus viajes a tus paraísos privados, a los de cada uno. Sin embargo, la evasión que a veces practico suele ser a lugares que no están en mis recuerdos sino en mis deseos, en mis sueños de futuro.

    Evadirse es bueno, en su justa medida, claro. Pienso que la reflexión y el análisis de nuestros actos y sentimientos es parte de esa práctica y es seguro que nos ayuda a ser personas más ordenadas y equilibradas.

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