lunes, 15 de abril de 2013

A veces, muchas, dudo


“Caminante, no hay camino se hace camino al andar” Antonio Machado

Hace unas semanas se presentó una pareja en la sección de alumnos de La Rábida; él, geólogo estaba interesada en un curso que se inicia el próximo lunes, ella, psicopedagóga,  quería saber si teníamos becas de colaboración con Latinoamérica. A él le di información sobre el curso, me dijo que iba a esperar a matricularse, que estaba pendiente de un trabajo; a ella le conté que durante la última campaña electoral del presidente Zapatero, el entonces ministro de asuntos exteriores, Miguel Ángel Moratinos, en un encuentro con nuestros estudiantes,  prometió que si ganaban, durante la siguiente legislatura crearían unas becas como las Erasmus para América Latina y pondría fin al problema de las visas, para quienes de allá vienen. Ni que decir tiene, que esas promesas, como muchas otros, quedaron olvidadas al salir en coche oficial de la nuestra sede.
Ella me dijo que estaba dispuesta a emigrar, a cualquier lugar de Latinoamérica, por el idioma y porque piensa que de alguna manera se iba a sentir más en casa. La anime a irse, a ambos, les conté casos de otros alumnos que ya han emigrado y que les va bien o bastante bien, pero que lo hicieran siempre de manera legal, protegidos con permisos de trabajo  y con algún dinero para poder vivir hasta que encontraran algo; ella me contó que el dinero no le preocupaba, que tenía unos ahorros de cuando trabajaba, que ella nunca había vivido por encima de sus posibilidades, que siempre había vivido de acuerdo con sus principios, eso me emocionó y pensé cuan injusto está siendo este país con algunos de sus mejores ciudadanos.
Hoy por la tarde el chico volvió, sabes que estamos al límite de poder matricularse en el curso de su interés y aún espera él trabajo (que no tiene nada que ver con sus estudios)  del que estaba pendiente,” quizás mañana dice, pero quiero saber si puedo matricularme si no consigo el trabajo”.
El chico quería saber si el curso en el que quiere participar le va a ser útil para encontrar trabajo. Le he dicho la verdad, en todos los años que celebramos ese curso y van nueve, no hay un solo alumno o alumna que haya salidos triste, al contrario, les ha sido muy útil laboralmente y los lazos humanos entre los participantes permanecen inalterables al paso del tiempo, yo misma sigo teniendo relación con muchos de ellos. Le he animado, a matricularse y aprovechar el curso,  a conocer otras realidades con los alumnos latinoamericanos y de otros lugares de España que vengan, a tejer con hilos de colores relaciones que podrán serle útiles.
Me ha dicho que si no le dan el trabajo que espera, al finalizar el curso, él y su pareja se irán. También le he animado a hacerlo, Latinoamérica en estos momentos, es un buen lugar para recalar, y a pesar de nuestra actitud hostil como país, nos reciben con los brazos abiertos, ansían nuestros conocimientos, se sienten en deuda porque hubo en tiempo en que los acogimos y la mayoría de ellos practica el verdadero sentido de la hermandad y la solidaridad, sin rencor, que es el sentimiento más absurdo de la historia de la humanidad.
Lo que me aterra  es la mirada de confianza  e ilusión que he visto en él mientras hablábamos,  no le estaba vendiendo un producto, le estaba hablando como lo haría con uno de mis hermanos o con uno de mis amigos, de algún modo, me siento responsable de que,  si deciden a dar el paso, les vaya bien. La duda sobre si estaré haciendo lo correcto, a veces, se me agarra en el corazón.
De un tiempo a esta parte mi realidad diaria se tiñe con la voz de alguien que busca respuestas, no ya al futuro, sino al presente y visualiza  el lugar donde trabajo como el sitio donde encontrar calor y ánimos para cruzar el océano que nos une más que nos separa.
Hombres y mujeres magníficamente preparados a los que esta crisis de valores y económica y esta Europa integrada por gobiernos sin alma empuja al abismo. Un abismo que yo espero que se traduzca en riqueza moral, porque si de algo estoy segura en esta vida, es que cualquier país de esa América Latina que desde nuestras altas instancias tanto se desprecia, te cambian la vida al minuto uno de llegar a cualquiera de ellos. Para mejor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario