domingo, 20 de marzo de 2011

Fé y esperanza


 "El objetivo no es acabar con Gadafi, y difícilmente se puede proteger al pueblo libio sin una intervención terrestre"  decía el Almirante Tafalla esta mañana de domingo en la cadena ser, quedando meridianamente clara que  la intención del batallón formado por unos pocos países de la ridículamente llamada comunidad internacional no es acabar con el tirano y que están bombardeando Trípoli, donde la gente ya está bastante jodida, yo me muevo entre el desconcierto, la perplejidad y la tristeza de otra guerra más en pleno siglo 21, dónde se suponer que los seres humanos deberíamos ser capaces de entendernos sin disparar.
Por lo pronto, mientras aguardo las cifras de los daños colaterales de la nueva Odisea del Amanecer (que así se llama la nueva aventura), espero que mi querido  gobierno, de ahora en adelante cuando se disponga a vender armas  de cualquier clase de destrucción, acompañe dicha venta con un prospecto en el que se indique al tirano-cliente de turno que “dichas armas no deben ser utilizadas en tiempos de crisis porque de ser así nos veremos obligados a obligar a la ONU ha dictar una resolución en la que se nos dé carta de libertad para utilizar nuestras armas y así destruir las armas que os vendimos y que no habéis sabido utilizar” y sobre todo os pedimos por favor “que  las armas que gentilmente os vendimos no apunten hacia ciudades donde se encuentran grandes pozos de petróleo que vamos a necesitar” , con una posdata en la que se recuerde que “cualquier fotografía, vídeo o grabación en la que aparezcamos juntos sea destruida, no descartando la posibilidad de que en el futuro podamos volver a repetirla”
Y mientras aguardo, confío ciegamente en que mi gobierno, de ahora en adelante tenga el mismo empeño en hacer cumplir todas las resoluciones de la ONU, así tengan que ver con Cuba, Palestina ó Guinea. Espero que mi gobierno no cierre las puertas de mi país a los libios que huyendo de las armas de unos y de otros vendrán a nuestras puertas a buscar un futuro mejor que el que entre todos les estamos ofreciendo bajo las bombas.
Y, sobre todo espero sinceramente que no sea cierta la sensación que tengo de que mi gobierno está utilizando este conflicto como arma de distracción masiva mientras en Europa se decide seguir jodiendo la vida a sus ciudadanos que ya vamos camino de quedarnos sin muchos derechos.
Porque como digo muchas veces, la paz es algo más que la ausencia de guerra, la paz es una cuestión de justicia, algo que los libios no han tenido en los 41 años, la mayoría de los cuales Gadafi (un auténtico hijo de puta) nos pareció un tipo digno de ser recibido y que no creo que vayan a tener pronto, a las pruebas de Egipto me remito, la llamada comunidad internacional acaba de avalar un referéndum que los mismos organizadores de la revolución han rechazado, porque entre otras cosas proponía que una mujer no pudiera acceder a la presidencia de ese país, ¿a qué juegan nuestros gobiernos?
Y a quienes me preguntan ¿qué  qué haría yo, qué cuál es mi solución? Mi respuesta es fácil, aunque sin altura intelectual. Yo no engordaría monstruos, algo que en la actualidad seguimos haciendo con Arabia Saudí, Qatar, Barheim, Emiratos Árabes, Guinea, China, Afganistán, Jordania y muchos más, solo por el mero interés comercial.

3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. Ala! ya está, tó dicho y más claro que agua. Eres mi reina.
    Dori


    Pdta. el anterior comentario era mio, pero he firmado con la cuenta de la asociación que no me pertenece personalmente sino que es de todo el grupo, capiste?

    ResponderEliminar
  3. Hija mía, ole,ole y ole,¿que se puede añadir a esa magistral exposición?, solo queda decir amen.

    Sabes que pienso exactamente igual que tu.

    Abrazos amiga.

    ResponderEliminar