No encuentro otra palabra para definir mi estado de ánimo después de las elecciones del pasado 22 de mayo. Rabia y tristeza, puede que también desilusión, ó todos juntos.
Esto es lo que hay, unos resultados en los ha subido mucho la abstención y los votos en blanco, donde el partido más a la derecha posible se sienten ganadores, porque en parte lo son y donde la izquierda o quienes se dicen de ella, que una cosa es decir y otra ser, han perdido, y no solo votos, sino credibilidad, apoyo y poder.
Y en esas estamos, en el poder, que debe ser una sensación fantástica porque si no, no se explican pactos infames y silencios cobardes. Y es que no han entendido nada de lo que está sucediendo y quizás nosotros tampoco, de lo contrario no se entiende que no sigamos en la calle haciéndoles ver que no nos representan, porque a mí, desde luego no me representan.
Cuando la política se convierte en un medio para vivir y muy bien y deja de ser un fin para que no haya sectores desfavorecidos y las brechas no se agranden y se transforme la sociedad, es la muerte de la democracia tal y como la entendemos, que dice la real academia de la lengua que la democracia es doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobiernos y predominio del pueblo en el gobierno político de un estado, o sea, nada que ver con lo que tenemos actualmente, en él que el papel del pueblo es pagar, votar y callar.
Auguro un mal futuro a la izquierda y por ende a todos nosotros si no hacen una profunda reflexión, escuchan a sus votantes y simpatizantes y sobre todo al movimiento 15M que no está muerto como muchos creen, es una semilla que está plantada y no dejará de crecer. Y tiene que definir claramente cuál es el límite de su ideología, porque no se puede decir que se es de izquierda y hacer políticas de derechas y no se puede decir que se es de izquierda y apoyar gobiernos municipales de derecha, porque entonces resulta que todos son de derecha.
Yo no, y no me da vergüenza decirlo, me gusta ser de izquierda y trato todos los días de ser coherente, pero al contrario de lo que piensa mucha gente, yo no tengo nada que demostrar, son ellos, a quienes yo mantengo con mi dinero y es a mí a quienes ellos deben sus explicaciones.
No es un sueño, pero yo espero que un día al levantar la vista veamos una tierra que ponga libertad.
Amiga Marivi, lo tenemos muy duro, aqui hay muchos intereses creados, mucha mierda escondida, muchos trastos que salvar, y mucha pasta que se reparten a cara de perro, les interesa de nosotros el momento puntual del voto, después.............¿a quien le importa lo que pase después si ellos han conseguido o conservado esa cuota de poder que les permite vivir como curas?.
ResponderEliminarEsto que vivimos se ha pervertido de tal manera que se ha convertido en una gran mentira, y parece que los únicos que lo vemos claramente somos los que estamos fuera de ese circulo impresentable.
Ya has visto ese chiste que un ciudadano le dice a un político en un coche oficial ¿Cuándo se van a preocupar de los problemas reales de la calle? y el político le contesta -Cuando tengamos los problemas reales de la calle.
ResponderEliminarBesitos y buen finde, un tal Piniella