lunes, 25 de julio de 2011

Al otro lado del río

Es mi cuarto día de estancia en México y me he tomado un respiro, pues desde que llegué todo ha sido un no parar, y eso que apenas he visto a una cuarta  parte de amigos y amigas que quiero y voy a intentar ver, y ni he visitado todo lo que quiero volver a visitar, ni he conocido tanto lugares que me quedan por conocer.
Por suerte, es la septima vez que vsito este hermoso país y me alojo con la mejor amiga que aquí se pueda tener, así que ya no tengo las urgencias de la primera vez, es lo que tienen los buenos amantes, que saben que ofrecerte aunando experiencia e improvisación, y que tu te puedas permitir el lujo de elegir el momento.
Pero como en los buenos amores, los reencuentros son maravillosos. Volver a Coyoacán ha sido como volver al lugar de la primera vez, almorzar chiles en nogadas,  como volver a vivir  el primer beso, visitar el sábado el mercado de San Ángel, con sus calles empedradas, sus pintores exponiendo sus cuadros de colores, los vendedores de atrapa-novios, y tomar una cerveza acompañada de chicharrones con chile y unos buenos tacos, es como abrazar al hermano guapo de tu amante, y con este,  visitar el auditorio nacional y saber que los mejores actores de este país representan una obra de teatro que se llama "El día más violento" donde, a través de la vida de Carmen y Aquiles Serdán, te cuentan que la revolución aún sigue en andamios (metáfora de este país y de tantos otros). Sí, a pesar de ser temporada de lluvias, sale el sol y desayunas unos buenos chilaquiles verdes, y te adentras en el cuerpo de tu amante, vas a llegar directo al Zócalo, epicentro de esta ciudad, donde entre el palacio nacional y su imponente catedral, también existen acampadas, para seguir caminando en todos los sentido y encontrar los nuevos tesoros y descubrimientos de lo que un día fue Templo Mayor y que, aún hoy es capaz de dejarte sin habla y hacerte  sentir pequeña ante lo grande, y cuando menos lo esperas, nada es comparable a la emoción de llegar al Colegio de San Idelfonso y descurbir, que quién allí aguarda es, nada más y nada menos, que José Saramago, de quien todos decían que estaba muerto, pero que esta ciudad que lo ama se encarga de desmintir.  Para poder asimilar las emociones, caminas 15 años después de la primera vez, hasta un lugar llamado Sanborns (de los que en México hay cientos) la diferencia es que este del que hablo, es conocido por el  "Sanborns de los azulejos" y que fué el lugar donde los zapatistas, con Emiliano Zapata al frente desyunaron cuando entraron triunfantes en la ciudad de México, para luego seguir caminando por una calle Madero ahora ya solo peatonal llena de gente, musicos, estautas ambulantes, plicías compando a los piratas y encontrarte feliz ante el palacio de Bellas Artes, lugar donde se vela en esta ciudad a los muertos que para siempre viven, lugar donde ver espectáculos culturales, murales  y sonreir. En el camino de vuelta a casa, avanzando por calzada Tlalpan, donde los moteles más famosos te ofrecen felicidad por horas, una se acuerda y crée ver al maestro Carlos Monsivais, el mejor cronista de esta ciudad, desde donde quiera que esté.
Y mientras todo esto sucede, en un lugar que nadie diría que es violento llamado Noruega, la violencia se desata a manos de cualquier clase de asesinado pirado y mientras todo esto sucede, en un lugar que nadie diría que es revolucionario llamado España, la gente toma la calle como si no tuvieran nada mejor que hacer, por la única razón de que les va el futuro en ello.
Y mientras la vida sigue, en un lunes lluvioso, nada mejor que pasar por la Ghandi, una de las mejores librerías de Latinoamérica para comprar las últimas novelas de Paco I. Taibo, de Elmer Mendoza, de Laura Marínez Belli y los últimos discos de Lila Dwons y Eugenia León. Y cumpliendo un clásico de mis viajes, me ha tocado hacer tortilla de patatas para mi querida anfitriona, no merece menos.
Ya se que parece que a veces no hay lugar para el optimismo, pero creédme si os digo, que si hay algún sitio para empezar a serlo es el distrito federal y cualquiera de sus calles.

1 comentario:

  1. Marivi te recuerdo que España no está todavía de vacaciones ... ¡¡y no debes dar tanta envidia!! (aunque envidia, claro, sólo podemos sentirla los envidiosos). Gracias por el apunte de Eugenia León, interesante descubrimiento (para mi). ¿Y si les haces un salmorejo para acompañar la tortilla de patatas? ¡¡Será perfecto!!

    Disfruta como tú sabes.

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