jueves, 27 de octubre de 2011

La banca o la vida

"Pienso que las instituciones bancarias son más peligrosas para nuestras libertades que ejércitos enteros listos para el combate. Si el pueblo americano permite un día que los bancos privados controlen su moneda, los bancos y todas las instituciones que florecen entorno a los bancos privarán a la gente de toda su posesión, primero por medio de la inflación, seguida por la recesión, hasta el día en que sus hijos se despertarán sin casa y sin techo, sobre la tierra que sus padres conquistaron”, Thomas Jefferson, tercer presidente de los Estados Unidos de América entre 1801 y 1809.
Días pasados tuve la ocasión de asistir a una charla que se impartió en Huelva sobre la alternativa de la banca ética, dicha charla la impartieron los amigos de Fiare, pero hay otras alternativas como la de Triodos Bank, y acudí movida por la curiosidad de saber si esa otra banca es posible y en un nuevo intento de intentar ser coherente con lo que pienso, con lo que predico y saber cuáles son los mecanismos para poder empezar a tomar esta alternativa financiera y ahorradora, en lugar de las entidades bancarias de toda la vida y que sorpresivamente han resultado ser las responsables de todo nuestros males.
La exposición fue muy fácil, breve y esclarecedora.  Según nos contaron, lo único que tenemos que hacer es ir a la entidad bancaria en la que tenemos depositados nuestros ahorros y preguntemos que hacen con nuestro, más allá de pagar nuestra hipoteca (mientras dura, la casa sigue siendo de la entidad) y pagar nuestros recibos (tarea que no hacen gratis, dado que nos cobran unos buenos intereses), la primera respuesta que nos darán es que tenemos que pedir una cita, la segunda será que no nos pueden dar esa información.
Ahora deberíamos preguntarnos , al menos yo lo hago ¿no pueden darme/darnos información sobre que hacen con nuestro dinero mientras no lo estamos utilizando?
Obviamente, lo están utilizando ellos, pero además son muy conscientes porque si nos dieran repuesta a la que hemos preguntado, probablemente saldríamos corriendo de dicha entidad bancaria y posiblemente sin sacar nuestro dinero, sea mucho o poco del que dispongamos.
Y no es que nos vayan a contar que se dedican a pagar buenos viajes, buenas dietas, buenos regalos, buenos sobornos  y buenas jubilaciones, no, eso es lo de menos y eso es algo que ya sabemos y de lo que todos somos conscientes y que nos mantiene bastante indignados, pero si dar ningún paso contra la entidad.
Lo que nos podrían contar y nunca harán es que , según numerosas informaciones no publicadas en la prensa empresarial, con nuestro dinero se especula en bolsa, se trafica con armas, se financia la prostitución infantil y adulta, se amparan todo tipo de abusos físicos y morales, se apoya la trata de blancas, se apoyan dictaduras que violan derechos humanos, se financian y provocan guerras, se blanquea dinero manchado de sangre y se mata a la gente de hambre en muchos lugares a sabiendas de que lo están haciendo, se compran y venden silencios y gritos  y se saben impunes. En definitiva se juega con la vida de las personas,  y lo peor es que todo esto es algo que seguro que siempre  hemos imaginado. 

A mi todo esto me produce mucho desasosiego, mucha rabia, mucha impotencia y muchas dudas, la primera es saber si estoy dispuesta a seguir tolerando este tipo de cosas, la segunda es hasta cuándo,  y la tercera es ¿cómo lo hacemos?  En las entidades bancarias hay trabajadores y trabajadoras, hombres mujeres de buena fe,  para los cuales esa es una manera decente de ganar dinero y que obviamente  no son responsables  de lo que decidan los dueños de dichas entidades, pero  ¿somos cómplices de todas estas maldades? ¿podemos y debemos seguir así? Pues yo creo que no, pero sinceramente no sé muy bien cuál es la respuesta. La alternativa puede estar en la banca ética, es una posibilidad que hay que explorar.
En la misma charla, en la que todos los asistentes eran votantes de izquierda, se nos indico que en las próximas elecciones  del día 20 de noviembre únicamente vamos a decidir el nombre del capataz, porque el dueño del cortijo va a seguir siendo el mismo. Desolador.
Pero quizás, tal vez, en algún momento, seamos capaces de entender que el 1% de la población mundial (bancos y mercado) ha declarado la guerra al resto de la humanidad y que quizás, tal vez, en algún momento debamos plantarnos y decir “con mi dinero, no”, ya sé que no es fácil, pero el pasado 15O demostramos que la respuesta en la calle a esta guerra es global y y hasta el pasado 15M, todo nos parecía imposible.

Igual deberíamos plantearnos, a modo de prueba, acercarnos hasta sus puertas un día y decirles "susto o muerte".

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