sábado, 14 de enero de 2012

Gijón y Huelva

No sé si este sea el tema más apropiado para retomar mi blog, tras una larga sequía  inspiradora, pero si siento que es algo que quiero decir.  Y ese algo que quiero decir está relacionado con el cine, con festivales, con cultura, con el saber, al menos con algo que a mí me gusta mucho.
Días pasados, se anunció por parte del nuevo gobierno asturiano la destitución del director del Festival de cine de Gijón, José Luis Cienfuegos tras 16 años ejerciendo el cargo, habiendo conseguido hacer de Gijón la capital mundial del buen cine independiente, y contribuyendo a que esa ciudad fuera un lugar de encuentro de miles de personas, sumándolas a las muchas que ya generaba la ciudad con otros eventos culturales que desafortunadamente también han sido borrados del mapa.
Me viene a la mente un  momento especial de los muchos que a lo largo de los años han contribuido a que el  festival de cine de Gijón  y el festival de cine iberoamericano de Huelva, mi festival, tengan un nexo especial.  Fue el año 2007 en que  la película Luz Silenciosa, del mexicano Carlos Reygadas  se alzó en el festival onubense con el premio a la mejor película y al mejor director. Al día siguiente Reygadas partía hacía Gijón, porque ese mismo año su festival le rendía una retrospectiva-homenaje con mesas redondas y donde se proyectarían sus otros trabajos. El regocijo que sentí al ser consciente que todos lo habitantes del festival gijonés sabrían que el director mexicano llegaba premiado y reconocido del festival de Huelva, aún perdura, porque esto hacía grande a nuestro festival.
Asimismo, recuerdo otros festivales, en los que el ya mítico y añorado periodista y crítico de cine de televisión española, Antonio Gasset abandonaba nuestro festival a mitad de la semana para irse al de Gijón o bien abandonaba el de Gijón para venirse a Huelva, porque a veces los dos festivales coincidían, por momentos esto me causaba mucha rabia, hasta el momento Reygadas, en que entendía que los dos festivales eran importantes, necesarios e imprescindibles, complementario y que cada uno tiene su función y que cada uno era importante para la ciudad y sus visitantes.
Es por eso que me causa tanta tristeza  la destitución del director de ese director y el cambio de rumbo que le quieren dar a ese festival, un festival que ya era mayor de edad y caminaba solo, un festival que ya han matado casi como quien mata un hijo. Es por eso que a pesar de la crisis es tan importante mantener el festival de cine iberoamericano de Huelva, y es tan importante que se mantenga  la confianza depositada en su director Eduardo Trías, porque a los hijos hay que dejarlos crecer en libertad.
Me siento tan orgullosa de que Huelva tenga esta clase de festival que este año celebrará las 38 edición, que entiendo la desolación y la orfandad de miles de gijoneses. Ser gobernante no le da a nadie derecho a pensar por los demás, ni a decidir cambiar e imponer sus gustos por encima de los de una mayoría que responde a los eventos culturales que los hacen crecer como personas y a la ciudad en todos los sentidos.
El saber en este país no ocupaba lugar, hasta ahora. A lo que parece, feliz año nuevo sin cultura. Menos cultura, más pobres, menos libres.

3 comentarios:

  1. Sí, la derecha no se esconde: la cultura es un estorbo para ellos. Todavía más que estorbo, es un peligro.
    PD: El tema me parece de lo más acertado para volver la actividad bloguera.

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  2. Gracias querido Jorge, siempre al quite, un abrazo

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  3. Nos quieren robar hasta la cultura amiga, una pena.
    Abrazos.

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