miércoles, 6 de febrero de 2013

Otras vidas


Ayer martes, mientras me disponía a echar unas risas con El Intermedio, recibí un correo del grupo taller sobre la obra de Jose Saramago que se lleva a cabo en al biblioteca provincial de Huelva en el que se nos comunicaba que una de las compañeras del grupo había fallecido.
Charo se llamaba, el último día que nos reunimos la eché de menos, pero hay días que siempre falta alguien y no le dí importancia. Desde el primer día del taller me senté al lado de Charo, no se sí porque ella ya estaba allí por haber participado en otro que se realiza horas antes, porque me recordaba a mi madre en su corte de pelo, en su pelo caño, en sus hermosas arrugas, a ella le preguntaba siempre que libro era el siguiente, porque yo perdí desde el primer día el papel donde venían indicados todos los libros que hay que leer o releer.
Charo era una guapa mujer, elegante, cariñosa que dedicaba su tiempo a disfrutar de la vida, a querer y cuidar a su familia, a sus amigos, a viajar, a manifestarse, a participar en multiples actividades de la biblioteca, a vivir, Charo se dedicaba a vivir, a pesar de su enfermedad, contra la que luchó y nunca se rindió.
De pronto, Charo ya no está, no estará más, novendrá a Tavira, ni a Lisboa a visitar la fundación, ni volveremos a verla en el grupo, pero quedará para siempre en los corazones de quienes la quisieron y la conocimos, aunque fuera por poco tiempo.
Envuelta en la tristeza, recordé que un rato antes había dado un paseo hasta el lugar que más me gusta de Huelva, el puerto, y allí encontré a esta chica de la foto y pensé, mientras en cualquier lugar haya alguien leyendo habrá muchas Charo y me alegré de sentir que donde quiera que Jose Saramago esté podrá disfrutar de su compañía y ambos se reirán mirando el lío que tenemos aquí y que a ver como salimos de ésta.
"Las personas que dicen que solo tenemos una vida para vivir, obviamente no han descubierto los libros" leí días pasados en twitter a alguién que ni siquiera sigo. El mundo está lleno de gente sabia.


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