Estaba paseando ayer
miércoles por Sevilla tras pasar más de cuatro horas reunida y desconectada de
la realidad cuando recibo un mensaje de mi amiga Danae (cubana que ahora reside temporalmente en Miami), contándome que a
Leonardo Padura le habían concedido el premio Princesa de Asturias de las letras.
La alegría fue tan grande que me faltó ponerme a bailar en la puerta de la
catedral.
No me había alegrado tanto un premio literario desde que le
dieron el premio nobel a José Saramago.
En mi primera visita a Cuba en el año 1997 nos alojamos en
La Habana en una casa de esas antiguas donde por entonces vivían Danae, su
marido e hijo y suegra, eso es muy común allí, y para sacar unos pesos
alquilaban habitaciones. Cuando abandonamos la casa para regresar a España yo
traía en mi bolsa de mano la que sería la primera novela de este autor que iba
a leer, creo que recordar que era Pasado Perfecto. Hasta hoy que he leído casi todo
lo que ha publicado salvo el último libro de relatos publicado recientemente.
Pasado perfecto junto con Máscaras, Vientos de cuaresma y
Paisaje de otoño componen un mosaico de las cuatro estaciones del año en la que
Mario Conde, su detective, dibuja una Habana que ni imaginas existe, moviéndonos como nos movemos entre el idealismo político y el rechazo; policía
corrupta, gobierno inútil, ladrones, travestis, putas, maricones, secretos que
nunca pensaste que verían la luz, maldad, amor, solidaridad, complicidad. El
detective Mario Conde, su amigo “el flaco” y la madre de este que hace unas
comidas estupendas y nadie pregunta de dónde saca los ingredientes, la sexy
Karina que llegará a su vida y la cambia de arriba abajo aunque no lo parezca y muchos personajes más que se hacen familiares. Y música, mucha y buena música.
Como no podía ser menos me enamoré locamente de Mario Conde
(un perdedor) y quería saber todo de él y en el año 98 que volví a La Habana,
me planté en la Casa de América, porque ahí es donde Padura trabajaba entonces
y cabía la posibilidad de que estuviera en esos días por allí, no estaba, pero
yo tenía que hacerlo, quería que supiera que me parecía un escritor
maravilloso. Me sentía feliz con ese descubrimiento.
Cuando volví a La Habana en 2010, mi amiga Danae y yo nos
embarcamos hasta el barrio de Regla porque allí se encuentra un barrio chino
que sale en su novela La cola de la serpiente. En realidad él y yo nunca hemos
coincido en esa ciudad, cuando yo iba, estaba aquí y viceversa. Soy lo que
podría llamarse una Padurista de ejercicio. Voy proclamando su palabra siempre
que alguien me pregunta que leer. Leerlo es imprescindible si te gusta la buena literatura, la historia como no nos la han contado y que se cuece en la cubanía no oficial.
Ya he hablado de las cuatro estaciones y no me voy a poner
pesada recitando títulos que podéis encontrar y hoy a un solo clic.. Voy a
recomendar tres que son las que más me han impactado. La novela de mi vida que es la historia de Cuba contada
a través de la vida del poeta José María Heredia, y que te cuenta lo que no
dicen los libros del colegio. La neblina del ayer, una
historia de amor cuya banda sonora la pone el gran Bola de Nieve, una novela que
lees y escuchas. El hombre que amaba a los perros, esta novela me hizo llorar mucho y me enseñó porque
la gente de izquierda perdimos la guerra civil española; porque la izquierda
perderá siempre todas las guerras, reafirmó mi amor por México y confirma la
talla de escritor de su autor. Es la novela suya que más he regalado y
posiblemente recomendado.
Tengo la suerte (como muestro en la foto) de que casi todas
las novelas suyas que tengo son ediciones cubanas, no ésta que acabo de citar,
porque se editó primero en España, cuando la leí, se la envíe a mi amiga Danae
y aún debe andar dando vueltas por la ciudad, en la que sus habitantes no leen,
devoran libros y fotocopias de libros y Herejes. No todos sus libros están
publicados en nuestro país, esperemos que ahora sí.
Leonardo Padura escribe novelas, cuentos, ensayos (Los
rostros de la salsa es muy
recomendable) guiones (recomiendo ver Siete
días en La Habana y Regreso a Ítaca) y artículos de
opinión La
esquina de Padura. Tiene la nacionalidad española, que le sirve para
moverse sin restricciones y nos honra como país. Sigue viviendo en La
Habana, porque es el lugar donde quiere estar. Leonardo Padura es, si no el
mejor, unos de los mejores escritores en español del siglo veintiuno. Y es fundador de la Semana Negra de Gijón.
Me apena, tras haber leído y escuchado la cobertura de
medios escritos y hablados, el desconocimiento y la apatía al contarlo, eso
marca la distancia, no ya física, sino sentimental que tenemos con los países
latinoamericanos y eso, no solo se cura viajando, se cura sobre todo leyendo. Este premio Princesa de Asturrias es un acto de justicia, poética y universal.
Es posible que cualquier año de estos, el premiado sea su
amigo del alma, el escritor hispano-mexicano Paco Ignacio Taibo II, avisados
quedáis.
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