lunes, 30 de mayo de 2016

Desarmados

La empatía es una palabra que proviene de Grecia y es la capacidad cognitiva de percibir en un contexto común lo que otro puede sentir. También es descrita como un sentimiento de participación afectiva de una persona en la realidad que afecta a otra (Wikipedia).

Empatía es el sentimiento de identificación con algo o alguien y capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos (RAE).

Según Acnur, la semana del veintitrés al veintinueve de mayo (o sea, la pasada semana) han fallecido en el Mar Mediterráneo entre setecientas y mil personas. En todo 2016 la cifra es de dos mil trescientas veinticinco, creedme si os digo que en Huelva hay pueblos con menos habitantes, pueblos bonitos, pueblos resistentes. Si en algunos de esos pueblos viviera una sola persona que no quisiera marcharse de allí aunque la obligaran, yo estaría de su parte. Una sola persona ahogada debería ser mucha.

Aoussama (mamá), Zohra (Mari Carmen), Smail (Octavio), Merien (Marta), Yassine (Mané), Dalel (Paquito), Eman (Daniel), Zakaria (Darío), Abdelouhed (Mario), Marwa (Lucas), Hadeer (Manuel), Ibrahim (Pepe), Soumaya (Victoria), dalel (Pablo), Samir (Martín), Saliha (Rocío), Djilali (Lolo), Rimen (papá).

Anoche, mientras escuchaba la noticia, se me ocurrió imaginar que estas personas podrían ser mis padres, mis hermanas y hermanos, mis sobrinos y sobrinas; podría continuar con mis primas, con mis amigas y amigos, con sus hijas e hijos, con mis amores, pasados y presentes y ¿por qué no? futuros, si en el algún momento de la vida me cruzo con alguna de estas personas. Tardé en conciliar el sueño y es extraño, porque dormir es una de las pocas cosas que hago muy bien en la vida. 

No consigo acostumbrarme a la cotidianidad de estas cifras y trato de encontrar algo que me reconforte y pienso que afortunadamente las personas que forman parte de mi están bien, están presentes y están cerca, física y animicamente. Y que durante el próximo mes de julio, en la universidad donde trabajo, vamos a tener dos cursos con personas de algunos países con conflictos o cercanos a ellos (Marruecos, Egipto, Tunez y Argelia). Y que ojalá España fuera Italia o Grecia, sí, porque con todo en contra están demostrando una capacidad de ser generosas ilimitada, todos los días parece que no cabe un refugiado más y todos los días llegan más. Y que en las próximas elecciones votaré a quien de verdad tenga un programa serio para refugiados e inmigrantes o sea, para las personas y no para las cifras.

No se me ocurre casi nada más, no tengo fortaleza ni capacidad física y moral, para decir "durante las vacaciones voy a ir a ayudarlos", ya no la tengo, durante muchos años la tuve y lo hice, ahora ya no. Desde donde estoy,  sigo recomendando que ayudemos economicamente a quienes siempre están al frente Proactiva CEAR Médicos sin Fronteras y muchas más. 

Una última cosa, probemos todos a poner nombres a las cifras, el nombre de nuestras personas más cercanas, quizás seamos capaces de ser millones y obligar a quienes pueden resolver, a que resuelvan. 

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