jueves, 25 de abril de 2019

A votar, con alegría compartida


No estoy aceptando las cosas que no puedo cambiar, estoy cambiando las cosas que no puedo aceptar, Angela Davis

El año pasado un programa de radio en el que colaboraba,Plaza Niña, me pidió una reflexión  tras el exitoso 8 de marzo, primero con huelga general y manifestaciones masivas, aquí lo conté Los días después; este año no tenemos programa y nada había pensado sobre lo sucedido, simplemente lo disfruté, pero el próximo domingo hay elecciones generales en España y me parece importante recordar para tener presente a la hora de ir a las urnas.

El mismo día 8 de marzo un amigo me dijo que el feminismo era un desastre, añadiendo que él estaba por la igualdad; temperamental como soy, conseguí frenar y apostar por la pedagogía.

A estas alturas lo que es un desastre es el machismo, sin ambages.

El machismo que en España ha dejado dieciocho víctimas en lo que va del año dos mil diecinueve, la última conocida ayer e incluye a uno de sus hijos, lo que suponen trece huérfanos. El horror, todos los días, en todos los lugares, en todos los idiomas.

El machismo que maltrata, viola (sólo en semana santa han sido tres las violaciones denunciadas), acosa a diario, que discrimina, que niega derechos, todos los días, en todos los lugares, en todos los idiomas.

Y habrá a quien no le guste, de hecho, hay, pero el feminismo ha venido para quedarse, muchas mujeres han dicho, hemos dicho basta. Y no sólo, muchos hombres también lo han dicho y esta es una oportunidad que no vamos a dejar pasar, ni una más.

Fue maravilloso ver ese día a miles de personas en la calle, en mi ciudad, en muchas otras ciudades y pueblos, en todos los lugares, en todos los idiomas, con el mismo objetivo, un mundo donde las mujeres tengan los mismos derechos que los hombres, ni más, ni menos.

Miles de personas de todas las edades, de todas las religiones, de todas las nacionalidades, de casi todas las ideologías. En todos los lugares, en todos los idiomas. Y se puede, ya lo creo que se puede, por lo pronto el permiso de paternidad ha pasado de ser de cinco a ocho semanas desde el pasado 1 de abril, una medida que sin duda contribuye a la conciliación familiar largamente reclamada por el movimiento feminista, así como el decreto que obliga a las empresas a registrar los sueldos por categoría y sexo y la obligación de contar con planes de igualdad en las empresas de más de cincuenta trabajadores.

Este caudal humano que llenó las calles, no puede caer en saco roto ante los retos que tenemos para el presente y el futuro, se lo debemos a quienes fueron feministas cuando estaba prohibido y las generaciones que ya están y las que vendrán.

Mientras tanto, el miedo de los hombres a las mujeres sin miedo ha hecho su aparición y el próximo domingo nos enfrentamos a hombres que nos quieren decir qué hacer con nuestros cuerpos, qué hacer con nuestros vientres, nos quieren quitar derechos que nos ha costado mucho conseguir y leyes que legislan la protección a las víctimas, han empezado a perseguir políticamente a las personas que trabajan en combatir y/o paliar la violencia de género. Piensan que las feministas odiamos a los hombres por la única razón de que ellos odian a las feministas, nos quieren de nuevo en un paso atrás, con leyes que recuerdan a las políticas llevadas a cabo durante la dictadura franquista y no lo haremos ni para tomar impulso. 

Hay cinco candidatos a presidente del gobierno, tampoco esta vez ninguna organización política ha encontrado una mujer que pueda ser candidata, y las hay, ya lo creo que las hay. De estos candidatos, tres, Partido Popular, Ciudadanos y el otro, son modernos para follar y antiguos para legislar. Por eso es importante ir a votar con memoria y con conciencia de nuestros derechos, que son los de todas y todos.

No hay alegría más compartida en el mundo en muchos momentos que la alegría feminista, y compartir es amar. Votemos con alegría, con la alegría del 8M.

















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