lunes, 19 de mayo de 2014

Yo acuso


El pasado viernes recibí una llamada de teléfono de una de nuestras alumnas que quería hacerme una consulta, parecía una llamada más, pero no lo era.
La alumna, que ha terminado su trabajo de investigación necesita una constancia, hasta ahí todo normal; le indico cual es el trámite que tiene que hacer ella para solicitarla y cuáles son los nuestros para hacérsela llegar (envíos por correo electrónico y postal) y es en ese momento cuando ella me cuenta que no, que por favor no se la enviemos por correo postal que ya no vive en la dirección que tenemos de ella, le pido que me envíe los datos de su nueva dirección postal y me dice que no, que no puede hacerlo.
Y se produce un silencio en el hilo tras el que ella me cuenta que ha sido víctima de violencia de género y que no puede indicarme cuál es su nueva dirección, está en una casa de acogida. Se me para el corazón, literalmente. Le digo que lo siento y que cualquier cosa que necesite, estoy a su disposición, que ella es fuerte y recia (la recuerdo perfectamente, recuerdo a la inmensa mayoría de mis alumnos y alumnas) y es entonces cuando empieza a temblarle la voz y me cuenta brevemente el infierno que ha vivido. Le digo que no se preocupe, le deseo suerte en su nueva vida, justicia y le dejo un abrazo.
¿Qué porque cuento esto?  
Porque esta llamada se produce el mismo día que el candidato a las elecciones europeas del partido popular, Miguel Arias Cañete,  dice en una entrevista “debatir con una mujer es difícil porque mostrar superioridad intelectual parece machista” http://bit.ly/1sV1wB3, y no rectifica, no lo hace porque eso es lo que realmente piensa de los hombres y de las mujeres.
Porque esta llamada se produce el día siguiente de que el presidente del gobierno, Marianao Rajoy, en el marco de la celebración del Día de la Familia, da un discurso, http://bit.ly/QMMfDU,  en el que entre otras cosas dice “por muy duras que puedan ser las discusiones en casa, nunca se pueden romper los lazos“no importa que te griten, te peguen, te maten, no rompas los lazos mujer, nunca. Y sí, esto es lo que Rajoy piensa y por eso actúa políticamente como actúa, con leyes represoras en general y contra la mujer en particular.
Porque esta llamada se produce días después de que un sacerdote en una celebración de primera comunión, durante la homilía, http://bit.ly/1ijR3qU,  diga “antes un hombre se emborrachaba y pegaba a su mujer, pero no la mataba” delante de niños en pleno proceso educativo para entender lo que está bien y lo que está mal, lo que hiere y lo que no. Y emborracharse que cada quien haga lo que quiera, pero pegar a tu mujer  porque vas borracho, no solo es delito, sino que además es una tremenda cobardía.
Podría echar la vista a atrás, a los últimos meses, concretamente desde que se presentó el proyecto de ley del aborto, que considera a la mujer como incapacitada para decidir algo tan personal, o a los últimos dos años, en los que los recortes de este gobierno han dejado las partidas presupuestarias para la erradicación de la violencia de género han quedado en limosna. Por no hablar de la eliminación de Educación para la Ciudadanía tras la última reforma educativa.
Yo acuso de cómplices con estas ideologías, con estos discursos y con estos modos, a los militantes y votantes del partido popular, a quienes les ríen las gracias, a quienes los justifican, a quienes no lo sancionan, a quienes no abandonan la iglesia cuando se dicen estas cosas, a quienes los disculpan, a quienes hacen chistes sobre la violencia machista contra las mujeres o simplemente chistes machistas, o racistas, o xenófobos.
Cuando ofenden, ningunean, maltratan y asesinan a mujeres solo por el hecho de serlo, ofenden, ningunean, maltratan y asesinan a toda la humanidad y en este país (al igual que en otros lugares) quienes están incitando a eso parecen tener nombres y apellidos.

Dejadnos vivir, dejadnos elegir, dejadnos decidir, dejad que nos equivoquemos. Dejadnos en paz si no sois capaces de entender que somos iguales, si  no sois capaces de compartir el espacio que habitamos en este planeta.

Y una de estas mujeres maltratadas es alumna de la universidad donde trabajo. Tiene rostro, tiene vida y también tiene nombre y apellidos: el de todas las víctimas. Por ti, por todas, para que NI UNA MALTRATADA MÁS. NI UNA MUERTA MÁS.

jueves, 8 de mayo de 2014

Salud, dinero y perdón

Hace unos días me dio un pinzamiento en la espalda que me privó de un maravilloso puente veraniego en mayo y que me ha llevado al médico a coger unos días de baja hasta que esté bien, lo que espero que sea pronto.

Cuento esto porque una de las primeras cosas que comenta la gente cuando les digo es ¿y cuánto te van a descontar del sueldo?, nada de preguntar por la salud ni desear que te mejores, eso viene después, lo primero es lo primero, la pela.

Y en esas estamos, a mi no me importa ganar menos dinero si lo que está en juego es mi salud, la realidad es que hoy en día a muchos lugares de trabajo la gente va enferma a cumplir con sus obligaciones, con fiebre, con gripe, con dolores, con operaciones no bien recuperadas, con miedo. Exactamente con eso, con miedo, miedo a perder el trabajo, miedo a ganar menos dinero y este hace falta porque son tiempos difíciles, miedo a que otros puedan ocupar su puesto, miedo a no hacer falta.

Y mientras suenan en nuestras mentes lo mantras “eres un privilegiado” “no te quejes al menos tienes trabajo” “si te pones mala te aguantas que hay gente que está mala de no trabajar” “total para lo que trabajáis”. Luego están los que se están forrando con la crisis cuyos mantras son “de la crisis se sale trabajando más y cobrando menos”, “hay  que recortar los días de permiso por muerte de un familiar”, “no hay empleo ni sueldo basura, no están los tiempos para ponerse exquisitos” “hay que bajar el salario mínimo a los jóvenes, porque les pagamos aunque no valgan para nada”  y así podríamos seguir hasta llenar varios folios. Eso sí, luego todos piden perdón, pero este hecho, de tan habitual ya, solo suena a chufla, porque la intención es sembrar la duda y echar a pelear a trabajadores entre ellos.

 Como decía, mientras suenan estos mantras muchos lugares de trabajo se parecen algunos días a tanatorios de lo triste que están, porque cuando te quitan derechos, te quitan la ilusión y cuando te quitan la ilusión solo queda la obligación de la obediencia debida y  trabajar sin ilusión es de las peores cosas que te puede pasar, porque por mucho que digan, el trabajo no es un privilegio, es un derecho, un derecho por el que mucha gente dejo su salud y sus vidas en el camino.

Podría convertir esta parrafada en una carta y enviársela a Mariano Rajoy, responsable de una reforma laboral  que nos roba derechos con total impunidad y a Susana Díaz que todavía nos debe a muchos funcionarios parte de la última paga extra de navidad, pero estos dos y otros muchos viven en otro planeta y yo a otros planetas solo voy al encuentro de mis amores.