jueves, 29 de enero de 2015

Una carta de amor

"No hay en el mundo nada que, en sentido absoluto, nos pertenezca" José Saramago, Ensayo sobre la ceguera.

El pasado domingo hacía mucho frío más había un sol radiante. Hacía muchos días que el sol no brillaba tanto y tan alto. Es duro el invierno. Y ¿qué hice yo? exacto, ir a la playa a dar un paseo, ya sabéis, mi casa es el mar. A Punta Umbría

En lugar de dar un paseo solo por la playa, empecé caminando por el espigón para luego caminar por la orilla, las vistas desde ese lugar son impresionantes; sin embargo encontré un camino lleno de lamentos y penas. La naturaleza estaba gritando por todo el paseo. No soy tan tonta (bueno un poco sí) como para pensar ha escrito lo que vi lo ha escrito ella, alguien lo ha hecho, evidentemente, pero quien quiera que sea, sabe de lo que habla.

Muchos sabéis que cuando paseas por el espigón a un lado encuentras las fábricas del polo químico de Huelva y al otro un mar infinito. Esto es lo que vi y así lo cuento. Las fotos hablan por si solas.
















lunes, 19 de enero de 2015

Los días

No tengo idea de quien empezó inventando eso de los días de. Cada vez estoy más convencida que alguien que se aburre mucho y que no tiene ninguna voluntad de arreglar las causas que originan los días de. Salvo el día de la marmota, estas siempre saben lo que hacen y además cada vez los días de la marmota parece que  suelen ser más de uno.

Hoy, al parecer se celebra el "Blue Monday" que traducido es el día más triste del año, pero no, aunque sea por el puro placer de llevar la contraria, no ha sido para mi el día más triste del año.

He tomado un café con el amigo y profesor Sebastián Martín, alguien a quien aprecio y que no suelo ver mucho, y como es profesor de un máster que impartimos en mi universidad, tengo la suerte de verlo una vez al año.

Una amiga (Macarena), que hoy celebra su cumpleaños, me ha invitado a visitar Chile y no es la primera vez que lo hace. Luego, una amiga argentina (Angelina), me ha escrito buscando consuelo porque hoy se sentía muy triste y ha sido reconfortante poder enviarle un abrazo, la amistad también es eso, poder abrazar y empatizar en los días malos.

En la tarde he hecho una travesura en una tienda de Amancio Ortega, sin pudor y sin remordimiento de conciencia. Y cuando iba a entrar en mi casa, me he encontrado con el amigo José el retratero, hace tiempo no nos veíamos y me ha preguntado que de donde venía, le he respondido que de trabajar, me ha respondido que parecía que volvía de la peluquería, le he dicho que no, que así estaba desde que salí de casa a las siete y media de la mañana, creo que ha querido decir que estaba guapa, espero no haber entendido mal...

Luego he podido comprobar que ya a las siete de la tarde aún es de día, esa es la hora en la que voy a mi clase de pilates, en la que hoy me he portado muy bien, sino que la profe Manoli me desmienta. Y por si fuera poco, mañana madrugo una hora menos, eso no significa que el día vaya a ser bueno, aún no lo sabemos, aunque habrá que intentarlo o inventarlo.

Y esto es todo amigos, los hechos desmienten el día más triste del año y no lo lamento en absoluto, más bien al contrario, lo celebro y por eso lo comparto.

sábado, 3 de enero de 2015

Hola 2015

Las primeras veinticuatro horas del año nuevo las he pasado enferma, algo debió sentarme mal el día 31 porque tanto la madrugada como el primer día del año fueron horribles. Y no, no ha sido resaca, apenas bebí una cerveza cenando y tres copas de cava, del bueno, eso sí, en mi casa tomamos cava del bueno; he pensado que quizás tenía tantas ganas de empezar un año nuevo que comí como 20 uvas, las mías y las de uno de mis sobrinos, creo, pero porque me gustan mucho. Y tampoco comí más de lo habitual, bueno de lo habitual en mi casa, sí, de lo habitual de casa de mi madre, no.

El caso es que yo había hablado con mi sobrina favorita (solo tengo una, lo demás son todos niños y no hay favoritos o mi vida correría peligro), y planeamos que el primer día del año las dos nos íbamos a poner muy guapas para el almuerzo en casa de la abuela; luego yo iba a dar mi primer paseo del año por la playa y hasta había pensando en ir al cine a ver la película sobre el matemático Alan Turing, The Imitation Game. 

El viernes mis planes consistían en ir a pasar el día a Sevilla, porque tenía ganas de conocer unas nuevas galerías de arte que han abierto, no pudo ser, me encontraba mejor, pero persistían las náuseas, así que todo lo que hice fue salir a dar un paseo porque me dolían todos los huesos de haber pasado más de veinticuatro horas en la cama. Ya por la noche pude empezar una nueva novela.

Cuando escribo esto ya es sábado, vamos por el tercer día del año y yo me encuentro bastante mejor, y con dos tres kilos de menos, aunque mi cuerpo sigue pensando a ratos lo contrario.

Y así han transcurrido los primeros días este este nuevo año, ni bragas rojas (que llevaba, sí. No exactamente rojas, más bien color vino tinto) ni propósitos, ni planes. Lo que he aprendido en lo que va de año, es que una vez que amanezcas, ponte en marcha. Lo único válido y a lo que no voy a renunciar es a los deseos, esos no me los pueden quitar, lo demás, está demostrado que no sirve para mucho.

Quiero pensar, como me ha dicho un amigo, que los peor de 2015 ya ha pasado de golpe y ahora todo es bueno. O sea, que este año ya solo puede ir a mejor. Que los reyes magos os traigan salud y de paso, algunos regalitos.