lunes, 26 de diciembre de 2016

Basura

No sé muy bien porque se me ha ocurrido titular esta entrada así, es lo primero que se me ha venido a la mente cuando he sabido la noticia.

La noticia es que tres inmigrantes han muerto calcinados en un garaje de un lugar llamado El mármol en la provincia de Jaén. Estas tres personas, cuyos nombres se desconocen (como casi siempre) habían llegado con sus papeles en regla a esta localidad para trabajar en la recogida de la aceituna, no era la primera temporada que lo hacían, llevaban 10 años y muchos en la pedanía los conocían.

En el garaje, sin ventanas, hacía mucho frío (estamos en invierno) y ellos encendieron una estufa, se quedaron dormidos, algo se prendió fuego y el humo los despertó. Gritaron y gritaron, dieron golpes en la puerta y mientras llegaban las emergencias y los bomberos llamados por los vecinos, murieron. La puerta del garaje solo se podía abrir desde fuera.

El garaje es propiedad del dueño de la finca donde trabajaban, que tenía la obligación de facilitarles el alojamiento y que este reúna las condiciones necesarias para trabajar durante la campaña de recogida. Y no era así, y tres personas, de Senegal y Mali, han muerto, tres personas que como poco sabemos que tienen padres, probablemente esposas e hijos y hermanos.

No es la primera vez que esto sucede, tampoco será la última; el pasado 3 de diciembre, durante las torrenciales lluvias caídas en Málaga, una de las víctimas fue  una chica rumana de 26 años, también sin nombre, que murió en el sótano de un club de alterne del que no pudo salir porque la puerta está cerrada por fuera. Era una chica que tenía padre y hermanos en Rumanía, que estaban intentando conseguir dinero para repatriar su cuerpo. 

No sé qué ha pasado con el dueño de la finca y del garaje en el que han muerto los inmigrantes, y no sé qué pasará. Si he sabido que la dueña del club de alterne en el que murió la chica, fue llamada a declarar y está en libertad sin fianza y se ha abierto una investigación para exigir responsabilidades, esperemos que sean penales.

Hasta donde alcanzo a entender, tanto en un caso como en otro percibo claramente explotación de personas, cuando no esclavitud. Supongo que en estos tiempos en que lo importante es crear riqueza (para algunos) y tener un trabajo sin importar en que condiciones se haga (para otros) la vida de estas cuatro personas no vale nada, probablemente para el resto de la humanidad tampoco, pero a mí no se me han ido en todo el día de la cabeza, al fin y al cabo, es navidad.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Lo intento

Hace unos días sucedió que en Huelva había convocada tres manifestaciones coincidiendo con el fin de semana; el viernes 25 de noviembre día contra la violencia contra la mujer, el sábado 26 era Doñana no se toca, contra el almacenamiento de gas en el parque y el domingo 27 tocaba salir a defender la sanidad pública. 

Días antes me preguntaron si iba a acudir a la de la sanidad pública y respondí que no lo tenía claro, que a la que iba a ir era al del viernes; entonces me cayó un chorreo de reproches, que por resumir en una frase, a mi no me importa que la sanidad se deteriore; cualquier persona que me conozca sabe que no es así, pero hace tiempo que acostumbro a poner cara de poker cuando me intentan convencer de algo en lo que no creo.

Cuando la otra persona acabó le pregunté que si iba a ir a manifestarse contra la violencia hacia la mujer y me dijo que no, que no le parecía tan importante como la de sanidad, que la violencia contra la mujer no es mayoritaria. Reconozco que me quede fría, tanto que solo pude responder, vale, si eso es lo que tú piensas van a seguir asesinando a mujeres ante la indiferencia de casi todos. He de decir que esta conversación fue con un hombre.

¿Por qué digo esto? durante el fin de semana de 3 y 4 de diciembre las lluvias caídas en Málaga han provocado una muerte. La muerta es una chica rumana de 26 años (sin nombre o nombre supuesto) que murió en el sótano de un club de alterne del que no pudo salir  porque la puerta estaba cerrada por fuera. Ese mismo fin de semana un joven de buena familia y buena educación ha secuestrado, torturado, golpeado, violado y asesinado a una niña de 7 años, Yuliana Samboni, en Bogotá (Colombia); las primeras horas el presunto las pasó siendo atendido en un centro de salud porque iba con sobredosis de cocaína, hoy ya está en la cárcel. 

Yo lo intento, intento permanecer indiferente ante el machismo que mata y creer que tienen razón quienes dicen que la violencia contra la mujer no es una prioridad.

Lo intento y no me sale.