sábado, 30 de mayo de 2020
Fragilidad (semana once)
viernes, 29 de mayo de 2020
Las películas de mi cuarentena (IV)
“Hablar de sueños es como hablar de películas, ya que el cine utiliza
el lenguaje de los sueños: años pueden pasar en segundos y se puede saltar de
un lugar a otro”, Federico Fellini.
Aquí seguimos, la cuarentena y
yo, espero que también algunas personas más con interés por leer mis cosas. No
sé vosotros, pero yo nunca imaginé, no sólo esta situación, sino que fuera a
ser tan larga; en todo caso, poder seguir viendo películas, una al día y a
veces dos, es un placer que hay que disfrutar. También he visto alguna serie
por recomendación de quien en esta página manda, pero de comentarlas ya se
encarga él, que es quien lo hace muy bien.
Así que, una vez pasado el
festival del que hablé en la anterior entrega, os voy a contar algunas de las
películas que más me han gustado de las que he visto en los últimos días en los
que sigo viendo cine de otros lugares. Ahí vamos.
La fugitiva (Woman on the run, Norman Foster 1950, Estados Unidos); un hombre presencia
un asesinato una noche y cuando tiene que ir a declarar sobre el mismo, huye;
entonces empieza la búsqueda por parte de la policía, su esposa y un
periodista. En esta historia, que apenas dura 75 minutos, nada es lo que
parece, no sabemos quién huye, ni de quien, ni porqué; en ella destaca la
sobriedad y la elegancia de la protagonista, la actriz Ann Sheridan, presente
en casi todos los planos y en un papel de mujer insobornable a pesar de las
presiones, yo diría que la película tiene algo de tragicomedia, es muy inteligente
y se me escapa porque no tuvo más éxito. Obvio que adoro el cine en blanco y
negro, si os cruzáis con La Fugitiva (sin esperarlo, así me
ocurrió a mí), dejadla entrar en
vuestras vidas, no querréis que se vaya.
La muerte tenía un precio (Per cualche dollaro in piú, Sergio Leone
1965, Italia); dos cazarrecompesas se alían para atrapar a un forajido
pensando que así será más fácil pero cada uno de ellos tiene sus razones y sus
ideas sobre cómo llevar a cabo la captura. Todo en esta película está bien y, además,
Gian María Volonté (que una tiene sus debilidades); en los últimos diez meses
yo la he visto dos veces después de muchos años sin verla y es porque el pasado
año yo estuve en Los Albaricoques, una pequeña aldea del desierto de Almería
(tierra de cine), donde se rodó y tiene algo de mágico pisar lugares por los
pasaron tus películas favoritas, así que volver
a verla es doble placer, no pasan
los años por el guión, las interpretaciones (incluso las menores) y por la
magnífica banda sonora del gran Ennio Morricone.
La hamaca paraguaya (Paz Encina 2006, Paraguay); una pareja de
personas mayores que vive al interior de Paraguay esperan que su hijo regrese
de la guerra del Chaco, también esperan que llegue la lluvia para que refresque
y sea buena para la siembra, que deje de hacer calor, que es insoportable y
pegajoso y que sus vidas mejoren, son dos personas que llevan muchísimos años
juntas y que lejos de hacerles pensar igual, piensan diferente, en todo y todo
vale para ser hablado, lo que no cambia es el amor que se tienen. Bellísima
película rodada en guaraní, en paisajes naturales y con silencios que también
hacen de protagonistas, con un actor y una actriz que parecen haber nacido para
esos papeles, así de creíbles son; dan ganas de abrazarlos en su soledad, de
sentarse con ellos a escuchar sus historias, de pedirles que te dejen pasar
unas vacaciones con ellos en medio de la nada, de esperar acompañándoles a que
regrese su hijo para celebrar. Esta preciosa historia me lleva inmediatamente
hasta la peruana Wyñaypacha, ganadora
del Festival de Cine Global Dominicano en su decimosegunda edición y que
os recomendó mucho.
Monos (Alejandro Lande 2019, Colombia); un grupo de jóvenes llamados
Los monos, viven aislados en la montaña
jugando a ser guerrilleros, mantienen secuestrada a una doctora norteamericana
y su único contacto con la realidad es la persona que les lleva suministros
cada tiempo, cuando la doctora se fuga cambian las reglas del grupo y la
confianza del mismo salta por los aires. Podría ser una historia de niños
caprichosos o de monstruos, la realidad es que es la de quienes nada tienen que
perder porque todo está perdido, sólo que con drogas psicodélicas, música, sexo
y alcohol y como consecuencia hacen daño a otras personas y a ellos mismos; un
callejón sin salida que parece estar situado en Colombia pero que podría ser el
espacio de cualquier ciudad que conozcamos. El paisaje protagonista contribuye a la
tenebrosidad de la historia y cuando termina la película sientes que no hay
esperanza en este mundo.
Jean Gentil (Israel Cárdenas y Laura Amelia Guzmán 2020, República
Dominicana); Jean Gentil es un profesor haitiano que vive emigrado en Santo
Domingo, no consigue trabajo de maestro y en ningún otro lugar, no tiene ni
para comer ni dormir, así que decide adentrarse en la isla a probar
suerte, y todo el equipaje que lleva
consigo es la fe. Esta es una película que duele, de principio a fin, el
protagonista es el verdadero Jean Gentil, que nos muestra lo difícil que es sobrevivir
para quienes menos tienen y la absoluta falta de oportunidades en la vida
cuando esta se mide por la nacionalidad, el color de la piel o la cuenta
corriente, la falta de empatía y solidaridad,
y aun así uno apuesta por no
rendirse a las primeras de cambio. El rostro de Jean Gentil no te va a
abandonar durante el resto de tu vida, en él están todos los nadies que habitan
entre nosotros.
La inocencia (Lucía Alemany 2019, España); Lis es una joven que
sueña con ser artista de circo, vive con su familia en un pueblo pequeño
durante su primer verano como adolescente, la relación con su familia, con sus
amigas, con los vecinos y con un novio mayor que ella, machista y posesivo del
que se queda embarazada, marcan toda la película que es más tragedia que nada. Una
de las mejores películas españolas del pasado año, nominada en varias
categorías, mejor actriz revelación, mejor directora novel y mejor opera prima,
aunque no logró ninguno. Resulta increíble que esta película tuviera tan corto
recorrido en las salas, está bien narrada, bien dirigida y bien protagonizada;
es honesta, fresca y con un retrato muy fidedigno de lo que podemos encontrar a
nuestro alrededor cualquier verano, en cualquier pueblo; la protagonista,
Carmen Arrufat es una joven actriz llena de talento que esperamos tenga una
larga carrera porque la cámara la quiere.
La jaula de oro (Diego Quemada-Díez 2013, México); una chica y un chico adolescentes en una
aldea cualquiera de Centroamérica deciden huir a los Estados Unidos en compañía
de otro chico indígena y el camino ocurren todas las desgracias que conocemos
por los medios de comunicación, la rivalidad entre ellos, el cariño, la
solidaridad, el miedo, la angustia, hacen el resto hasta el final. Tengo que
especial debilidad por esta película porque una de las guionistas es la
directora mexicano Lucía Carreras, a la que guardo un gran cariño porque ha
estado varias veces, compitiendo con varias películas y en otra ocasión como
presidenta del jurado, en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva. Es una
historia sin maniqueísmo, sin adornos, es tal y como todo ocurre en la vida
real, los niños no fingen pues no son actores, tienen sus sueños porque es lo
que ven constantemente a su alrededor, una carencia de lo básico que les empuja
a querer buscar una vida mejor. Todo está contado con precisión y realismo
quedando patente un gran director sabiendo sacar los mejor de los tres
protagonistas, muy jóvenes y sin experiencia, sin que suene impostado lo que
sucede. Crees todo lo que te cuentan en la película de principio a fin.
Mi amigo Fela (Meu amigo Fela, Joel Zito Araujo 2019, Brasil); la
vida del mítico músico nigeriano Fela
Kuti, narrada por su amigo y biógrafo Carlos Moore. Fela Kuti fue más que un
músico, fue un mito en gran parte de África en el momento en el que el
continente empezaba a soñar con liberarse del colonialismo europeo y del
imperialismo yanky; en este documental nos cuentan las grandezas y miserias del
artista que eran muchas, contradictorias y que trazaron toda su vida. A su
importancia como músico hay que sumarse la del revolucionario que se
relacionaba con Patricio Lumumba, el gran libertador de África, Samora Michel,
Miriam Makeba, Maya Angelou y muchos otros libertadores y artistas. Este
documental, que me ha gustado mucho, no deja fuera su misoginia, su machismo y
la violencia que este trae consigo, su fanatismo religioso, todo lo que
contribuyó a hacer de él una estrella musical, un icono político, un padre de
numerosos hijos (que hoy lo defienden), un hombre que pisó la cárcel varias
veces y que finalmente acabó perdiendo la cabeza y la salud. Quiero señalar que
a este documental llegué a través del Festival de Cine Africano que desde el
año 2003 se celebra en Tarifa y Tánger para unir los dos continentes y este
año, con motivo de la cuarentena, han puesto películas y documentales en
abierto para que podamos disfrutar del, mucho y buen, trabajo y talento del continente africano, tan cerca y a
veces, tan lejos. Son tiempos de generosidad.
Para terminar, algunas de las
películas aquí comentadas, también tienen su crítica en la página de quien me
invita a compartir estas reflexiones, Rubén Peralta Rigaud, Cocalecas,
invitación a la que siempre estoy muy agradecida y esperando estar a la altura.
Sigamos cuidando y cuidándonos;
salud, paciencia, empatía, amor…y cine. Hasta la próxima.
Pd.: Esta entrada fue publicada inicialmente en la página de Rubén Peralta Rigaud, Cocalecas.net Las películas de i cuarenta (IV)
sábado, 23 de mayo de 2020
Fragilidad (semana diez)
lunes, 18 de mayo de 2020
Las películas de mi cuarentena (3). D´A Festival Barcelona 2020
La tercera entrega de
películas que he visto en la cuarentena ha tenido una parada especial, el D´A
Festival Barcelona, que este año ha tenido lugar dentro de la plataforma Filmin
entre el 30 de abril y el 10 de mayo. Si no recuerdo mal, en lo que va de dos
mil veinte solo se han celebrado el Festival del Cine Global en República
Dominicana, el Festival de cine de Berlín y la mitad del Festival de Miami; el
resto de los festivales han sido cancelados o pospuestos. Son estos momentos en
los que buscar alternativas y hay quien ha optado por ofrecer parte su
programación en las plataformas.
El festival de cine de
autor de Barcelona (D`A festival) se viene celebrando desde el año dos mil once
y en él se pueden ver películas aún no estrenadas en salas y que han pasado por
otros festivales, algunas premiadas en sesiones paralelas y otras premiadas en
los premios de cine de cada país. Este año había 65 películas, yo creo que
podría haberlas visto todas, pero no habría hecho otra cosa, y trabajar, hay
que trabajar. Así que os cuento las que más me han gustado de las que he podido
ver.
Habitación
212 (Chambre 212, Christophe
Honoré 2019, Francia); quizás lo mejor de esta historia es la
actriz protagonista, Chiara Mastrioanni que está en su mejor momento, también
como mujer. Ella interpreta a una mujer que después de 20 años de matrimonio y
varios amantes, decide separarse de su marido mudándose para ello a un hotel
en la acera frente a su casa y desde la ventana
de su habitación, la ve; a través de los dos espacios aparecen novias y novios
anteriores de ambos, amantes actuales, familiares, en un intento de saber que
habría sucedido sí. Lo bueno de esta película es que no te aburres en ningún
momento con la variedad de personajes siempre elegantes e impolutos como solo
saben serlo los franceses.
Los
sonámbulos (Paula Hernández 2019, Argentina); una
adolescente en pleno apogeo físico y espiritual es sonámbula, su madre lo
descubre y se acerca el día de fin de año que toda la familia celebra en una
casona en el campo. Y es ahí donde todos los demonios familiares salen a
pasear, de la mano del alcohol y la droga en algunos casos, de la maledicencia
y rivalidades familiares en otros, y todo eso en un entorno clasista que
finalmente desata la tragedia y los pone a todos frente a un espejo en el que
lo que ven, no les gusta. Reconozco que me costó entrar en esta película que
parecía una más de familia con adolescentes problemáticos, a medida que pasa el
metraje y ves cómo actúan los personajes, sabes que se masca la tragedia y no
sabes cuál será, el final te duele.
Algunas
bestias (Jorge Riquelme Serrano 2029, Chile); una historia
durísima, desagradable, tosca, oscura hasta en los planos. Un matrimonio invita
a su familia (hija, yerno, y nietos a una casa de descanso en una isla del sur
de Chile, todo parece normal hasta que el guarda de la casa, tras una situación
de abuso y acoso, abandona el lugar y la familia tiene que empezar a resolver
para sobrevivir mientras discuten un negocio en público y se práctica la
pederastia en privado. Esta película
cuenta con quienes probablemente sean la mejor actriz y el mejor actor chileno
en la actualidad, Paulina García y Alfredo Castro, interpretan a unos
personajes de terror, de no querer cruzarte con ellos en la vida, ellos dos y
el juego de la cámara en sus sombríos
rostros hacen que te cuesta dormir si ves la película por la noche. El título de
la película define perfectamente lo que son estas personas.
Una
vez más (Guillermo Rojas 2019, España); una mujer vuelve a
Sevilla al entierro de su abuela y en el velatorio en su casa están sus
familiares, sus amigos y su antiguo novio sevillano, este la invita a salir un
rato a despejarse y es a partir de ahí donde empieza una larga conversación con
todo lo que quedó pendiente de decir. Ahí aparecen el amor, el desamor, tomar
decisiones, las despedidas, la vida. Hay quien dice que la duración de esta
película es excesiva, debo reconocer que a mí no me lo pareció, es una película
fresca, honesta, bonita por realista, y, contra lo que pueda parecer, no te
deja triste lo que en ella ocurre. Tiene una banda sonora estupenda, un buen
puñado de actores y actrices andaluces con mucho talento y Sevilla, no se
necesitan más razones para disfrutarla.
La
mami (Laura Herrero Gavín 2019, España); este documental nos
cuenta la historia de la señora que guarda los baños del cabaret Barba Azul de
la ciudad de México. Un lugar donde las mujeres bailan y comparten tragos con
los hombres que allí van a buscar compañía (no es prostitución). La mami llegó
a ese lugar hace muchos años cuando se quedó sin trabajo, y aunque uno de sus
hijos se la llevó a su casa porque estaba mayor, ella volvió porque no se haya
sin hacer nada. Y sobre todo cuida de las chicas, cada una con una razón para
estar trabajando ahí, un hijo con cáncer, un marido que abandona, un trabajo
con el que no gana lo suficiente, ninguna está allí por gusto, es la necesidad,
nada más llegar Mami les dice “sepan que aquí los hombres vienen para dos
cosas, para nada y para dar dinero”. Qué personaje es esta mujer, que sin
hablar mucho sostiene un lugar y a este documental que, además, ha obtenido una
mención especial de parte del jurado de este festival.
Los
lobos (Samuel Khisi 2019, México); esta película es
bellísima. Y aquí podría dejarlo, es de esas películas que se te quedan en la
cabeza durante días y no te cansas de recomendarla. La historia de una madre y
sus dos hijos que emigran de México hasta Alburquerque buscando una vida mejor.
Mientras la madre va a trabajar todo el día, los dos niños se quedan encerrados
escuchando cintas de cassettes para aprender inglés (su madre les ha prometido
ir a Disneylandia), observando por la ventana y dibujando lobos. Pero la vida
se abre paso y empiezan a relacionarse con la vecina que les alquiló la
habitación y la relación entre madre e hijos se deteriora a ratos. Una nueva
forma de narrar la emigración a través de los ojos de dos niños, es en sus rostros
donde está la historia, la suya, porque no son actores y son también hermanos
en la vida real; el mérito del director es haber conseguido que los niños estén
magníficos sin caer en el maniqueísmo y en la búsqueda de la lágrima fácil. Sí,
es una de mis películas favoritas de las vista en este festival, no voy a
disimular.
My Mexican Bretzel
(Nuria Giménez Lorang 2019, España); para mí la joya de todo lo que he visto en
el festival. Creo que es una fórmula nueva porque rescatando imágenes rodadas
por León Barrett y habiendo leído los labios de los protagonistas, la directora
nos cuenta la vida con su mujer Vivian
Barrett entre los años cuarenta y sesenta, “estoy harta que me mire sólo para
enfocarme, dice ella en algún momento, parece que tuviera un arma”. Él era dueño de una empresa que fabricaba
Lovedyn una medicina que resultó ser un placebo y fue retirado del mercado.
También, y según deja ver el documental, era vividor, mujeriego, machista,
snob, tanto que su esposa se aburría y se escapaba sola, tenía amantes y sobre
todo viaja mucho y se cultivaba lejos de su marido, aunque nunca lo abandonó.
Está tan bien contado, tan bien narrado todo, hasta los silencios, que cuando
se acaba quieres seguir viendo, quieres saber más, sientes que podrías ver horas
y horas de esta pareja y su mundana vida. Hay que verlo dos veces, una para
disfrutarlo y otra para tomar notas, porque dejadme que os diga que se intuye
que Vivian Barrett era una mujer excepcional. Sí, la otra película favorita de
las vistas en este festival y ganadora del premio del público.
El festival ha tenido
una retrospectiva dedicada a la directora austriaca Jessica Hausner, de la que
yo intente ver la muy reconocida Little Joe y no fui capaz de pasar de la
primera media hora, nadie es perfecto.
Los festivales son
lugares de encuentros y contactos y ojalá podamos recuperarlos pronto, también
será una señal de que todo va mejor. Mientras tanto cuidad y cuidaos, también
viendo cine.
sábado, 16 de mayo de 2020
Fragilidad (semana nueve)
Y abrieron las librerías, que son otra forma de felicidad.
sábado, 9 de mayo de 2020
Fragilidad (semana ocho)
"Un pájaro no canta porque tiene una respuesta, canta porque tiene una canción", Maya Angeolu en Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado
La realidad está presente, aquí un magnífico trabajo de Nacho Carretero en El País La cara detrás del dato: una familia ahogada por la crisis. Y aquí un monográfico de El Diario sobre como está afectando la pandemia en todo el mundo Desprotegidos: la desigualdad se propaga con el virus.
lunes, 4 de mayo de 2020
Las películas de mi cuarentena (II)
Pd.: este texto fue publicado anteriormente en Cocalecas.net Las películas de mi cuarentena (II)
sábado, 2 de mayo de 2020
Fragilidad (semana siete)
La parte buena es que ahora mi madre en ningún momento me dice, anda hija, que no se te cae la casa encima, ya entendéis.
Esta semana el tiempo ha mejorado mucho, sale el sol y parece que el frío se va, no sé si eso es bueno contra el virus, si lo es para los estados de ánimo.
Escribo a los alumnos que tenemos en la residencia de la universidad con la esperanza de volver a verlos pronto.
Quiero agradecer de manera especial a todas esas mujeres y esos hombres que llevan días y noches en los laboratorios investigando sin parar para dar con una vacuna que controle el maldito coronavirus, solo la ciencia nos va a sacar de esto.
Y, a pesar de que esta entrada pueda parecer triste, esta semana he sido afortunada; el pasado domingo pude ver a mi hermano Octavio y a mi sobrino Lucas, apenas un momento feliz; el jueves mi amiga Che vino a traerme habas enzapatás aprovechando que puede salir a caminar con su hija Carla, que además todo lo que quería era darme un beso y se me partía el alma al decirle que no, le dije que los guardaba para cuando pudiéramos besarnos. Y mi amigo Luis, también paseando con su hija pasó por mi casa, sin entrar y guardando la distancia. El viernes puede ver a Estela que me trajo unas mascarillas. Lo mejor de la semana ha sido volver a ver y a escuchar a niñas y niños en la calle, como un adelanto de la esperanza, junto con el afecto y la compañía virtual. Hemos encontrado la manera de hablar los seis hermanos que somos juntos y eso nos hace bien.
Mi sobrina Victoria en su primer paseo fuera de casa me envía una foto del campo que estás precioso después de las últimas lluvias.