“Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas
en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz. No sólo de pan
vive el hombre”, Federico García Lorca.
Soy consciente de que en la
situación que nos encontramos en todo el planeta, lo primero es salvar vidas y
cuando acabe la cuarentena, que no la pandemia, habrá que seguir salvando
vidas, porque la economía mundial va a quedar hecha un desastre y es de esperar y desear que nadie quede atrás, entre las
muchas cosas que nos está enseñando esta etapa es que había muchas cosas que ya
estaban mal antes de esto.
El único debate en el que hay que
saber dónde estar es el que muchos
lanzan entre economía y salud. No tengo dudas, salud. En todo lo demás no hay
debate, todo contribuye a la salud, la sanidad, la alimentación, la educación,
la justicia social y sobre todo contribuyen todas las personas que en estos
ámbitos están trabajando para cuidarnos.
También la cultura. Ni la más
mínima duda tengo en estos momentos de todo lo que el amplio mundo de la cultura
está haciendo para cuidarnos en estos momentos, en todos los lugares, en todos
los idiomas, todos los días; de manera gratuita en muchos casos, lo que habla de
la generosidad de este mundo.
Museos, bibliotecas, fundaciones,
circos, monumentos han abierto sus contenidos gratuitamente en internet; teatros
con funciones en todos los campos, obras, ballet, operas; talleres de
ilustración, de escritura (novela, guion, poesía, relato), de pintura,
editoriales y escritores presentando libros en redes sociales y, no solo,
liberando muchos de sus libros, también; obras de teatro en directo; conciertos
a diario; librerías cerradas hace un mes
que venden libros online y hacen un esfuerzo enorme para hacerlos llegar a
nuestras casa. Espero que cuando esto pase, librerías, bibliotecas y cines sean
de los primeros lugares a los que volvamos. Y que vuelvan los conciertos, que
la gran Rocío Márquez me debe aún el suyo con el que yo iba a celebrar mi
cumpleaños.
Series, todas las que hay, en
todas las televisiones y plataformas, de pago, gratuitas, compartidas. Y
películas, muchas, más de las que vamos a poder ver, en canales de televisión,
en plataformas, en salas de cine que abren sus puertas virtuales, en
cinematecas, en distribuidoras, en festivales, en filmotecas, en productoras,
hasta directores que estrenan sus películas el mismo día que iba a ser
estrenada, como ha sido el caso de Xavier Dolan y su Matthias & Maxime,
previo pago en muchos casos, gratis en muchos otros, que no en todos los
hogares hay la misma disponibilidad.
No puedo mentirme a mí misma, hay
días que la oferta me parece excesiva, pero es aquí como ciudadanía podemos
elegir en libertad, la poca que tenemos en estos momentos, qué ver, qué hacer, qué disfrutar.
No estamos obligados a nada más, salvo quedarnos en casa para cuidar y
cuidarnos.
Por eso me molesta mucho y me entristecen las
críticas y el desprecio hacia el mundo de la cultura en estos momentos, no solo
desde algunas personas y fuerzas
políticas, también desde algunas instancias que tiene que velar por las
políticas en este ámbito. ¿De dónde piensan que vienen las canciones que
cantamos en los balcones, los libros que nos ayudan a viajar y conocer otras
vidas, las películas y series que nos distraen en estos tiempos? ¿Acaso no son
parte del tejido laboral y empresarial de nuestros países? ¿Es que todas las
personas que forman parte de este mundo no comen, no viven, no tienen familias?
700.000 puestos de trabajo crea el sector de la cultura en nuestro país, el 3%
del producto interior bruto, por no hablar del turismo que atrae hacia los
lugares en los que se ruedan series y películas.
Solo desde una profunda falta de
educación, incultura y soberbia moral, se puede despreciar lo que está
aportando este sector en estos difíciles momentos. Es más, es un sector
imprescindible para la recuperación del día después, cuando llegue ese día.
Dice el director teatral Lluis Pascual, en una carta dirigida al ministro de
cultura, José Manuel Rodríguez “este país no quiere a sus artistas. Les puede
admirar, envidiar y hasta en algún caso adorar, pero eso es otra cosa”.
Todo lo que durante estos días
recibamos desde los distintos ámbitos de la cultura nos va a servir para
empezar a reconstruir y reconstruirnos como personas y como sociedad; nos va ayudar a seguir caminando por un mundo
que no sabemos cómo será; nos habrá convertido en personas con más
conocimientos, más saber, más anécdotas que contar y compartir. Nos habrá
llevado a reír, sonreír, llorar, pensar, en definitiva, a vivir y reconocernos.
He escuchado en la radio estos
días como en España, un taller de costura que hace vestuario de películas, se
está dedicando a coser batas y mascarillas para el personal hospitalario, pero
es que además han donado gran parte de los vestuarios disponibles y que pueden
ser reutilizados. Imagino que esto está sucediendo en muchos otros lugares.
También tengo conocimientos que
en muchos países hay medidas de apoyo a la cultura entre las medidas económicas
de urgencia que se están tomando, sin duda alguna, esos países saldrán adelante
más rápido y mejor, ojalá en el mío (España) también fuera así, aunque no lo
parece, dado que no sólo no hay prevista ninguna ayuda de momento, provocando
un fuerte enfado en el sector, sino se les intenta denigrar llamándoles
titiriteros, como si los títeres no fueran un arte.
Y si alguien duda de la solidaridad del mundo de la cultura, estas estupendas Reflexiones tempestivas del gran Alex de la Iglesia
No sé, llamadme rara, pero yo
prefiero quedarme con todo lo bueno que en estas circunstancias nos aportan
desde el mundo de la cultura. En lo personal, la cultura acude a mi rescate
cuando esta soledad inesperada se hace dolorosa. Muchas gracias a vosotras y
vosotros también, sois muy necesarios para salir a adelante y sanar por dentro
y ¿quién sabe? reír por fuera.
La cultura es un bien esencial.
Es salud, economía, bienestar y libertad. Y será la cultura, la que en sus muchas facetas, la que documente, hable y nos cuente todo esto que está pasando.
Pd.: Este texto ha sido publicado originalmente en Cocalecas.net ¿Qué pasará con la cultura después de la pandemia?
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